Capote
Vivimos en un mundo mediatizado. No es nada nuevo. ¿Por qué Truman Capote era un genio? ¿Qué escribió este egocéntrico homosexual de gafas de concha?
Ahora mismo Capote (Bennett Miller, 2005) se pasea por nuestras pantallas (protagoniza Philip Seymour Hoffman, oscarizado, tremendo, irreconocible aquel enfermero de Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999), pero tiene muchas más: Almost Famous (Cameron Crowe, 2000) y Boogie nigths (Paul Thomas Anderson, 1997), por ejemplo), pero Truman Capote también se pasea por nuestras librerías. Lumen acaba de editar Un placer fugaz. Correspondencia, Anagrama recupera la novela inédita Crucero de verano (de la que ya hemos hablado en la tertulia y no pienso perder mi tiempo ni haceros malgastar el vuestro) y, me imagino, que no será nada dificil conseguir la novela cuya génesis narra la película que ha desencadenado este comentario: A sangre fría (Anagrama, 1989), también disponible en la serie Compactos de la misma editorial.
Por cierto, la película Capote (Bennett Miller, 2005) está basada en la novela del mismo título, escrita por Gerald Clarke y que ha publicado Ediciones B en España. De nuevo esta pareja de hecho, la literatura y el cine, se unen y nos hacen disfrutar (como enanos; ¿cuánto medía Capote?), permiten que durante 114 minutos nos sintamos en la piel de uno de los escritores más famosos de nuestro siglo. ¿Por qué?
Quizá nos ayude analizar su novela Desayuno en Tiffany´s (Anagrama, 1988), la anterior a A sangre fría. La escribió en 1958 y él mismo la adaptaría para el cine junto a George Axelrod. En España el título del largometraje es Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961).
Así que esa es la propuesta: leer Desayuno en Tiffany´s, analizarla y ver si esto nos permite averiguar porqué el mito sigue vivo.
¡Vive Capote!
Ahora mismo Capote (Bennett Miller, 2005) se pasea por nuestras pantallas (protagoniza Philip Seymour Hoffman, oscarizado, tremendo, irreconocible aquel enfermero de Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999), pero tiene muchas más: Almost Famous (Cameron Crowe, 2000) y Boogie nigths (Paul Thomas Anderson, 1997), por ejemplo), pero Truman Capote también se pasea por nuestras librerías. Lumen acaba de editar Un placer fugaz. Correspondencia, Anagrama recupera la novela inédita Crucero de verano (de la que ya hemos hablado en la tertulia y no pienso perder mi tiempo ni haceros malgastar el vuestro) y, me imagino, que no será nada dificil conseguir la novela cuya génesis narra la película que ha desencadenado este comentario: A sangre fría (Anagrama, 1989), también disponible en la serie Compactos de la misma editorial.
Por cierto, la película Capote (Bennett Miller, 2005) está basada en la novela del mismo título, escrita por Gerald Clarke y que ha publicado Ediciones B en España. De nuevo esta pareja de hecho, la literatura y el cine, se unen y nos hacen disfrutar (como enanos; ¿cuánto medía Capote?), permiten que durante 114 minutos nos sintamos en la piel de uno de los escritores más famosos de nuestro siglo. ¿Por qué?
Quizá nos ayude analizar su novela Desayuno en Tiffany´s (Anagrama, 1988), la anterior a A sangre fría. La escribió en 1958 y él mismo la adaptaría para el cine junto a George Axelrod. En España el título del largometraje es Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961).
Así que esa es la propuesta: leer Desayuno en Tiffany´s, analizarla y ver si esto nos permite averiguar porqué el mito sigue vivo.
¡Vive Capote!
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